Un día más en clase [Ruth]

Un fuerte grito de Olimpia hizo que mis ojos se abrieran repentinamente, miré a mi alrededor y vi a mis compañeros de clase mirándome, algunos se estaban riendo y otros parecía que me matarían con los ojos. No podía ser, me había quedado dormido en clase. – Perdón, profesora. – me disculpé y me tapé la boca para que no viera el gran bostezo que acababa de soltar. Agité la cabeza para intentar mantenerme despierto... y así pasé el resto de la hora, haciendo lo imposible por no volver a quedarme dormido.

Por suerte, la siguiente clase era libre, aunque por alguna extraña razón nos obligaron a quedarnos en el aula para que estudiáramos alguna asignatura. Vi que Ruth estaba sentada junto a un pupitre vacío así que me acerqué a ella y ocupé el asiento de su lado. – Buenas Ruth ¿Tienes los apuntes de filosofía? He perdido los míos. – por más que había buscado en mi habitación no los había encontrado por ningún lado.

Suspiré aliviado cuando Ruth me entregó sus apuntes, ahora tendría que tener cuidado de no perder los suyos también, con lo despistado que era nunca se sabía que podría hacer. – Muchas gracias, esta tarde los copio y te los traigo mañana. – le dije guardando las hojas en mi mochila. Volví a girarme ante ella y reí cuando me recordó lo ocurrido en clase de inglés. – Si, mazo entretenida. – afirmé irónicamente entre risas. – Va pero no te hagas la santita, que antes te he mirado y a ti también se te cerraban los ojos. – añadí haciendo un movimiento de subida y bajada con las cejas. Era normal que todos nos quedaramos sobados en esa hora, entre la mala leche que tenía Olimpia y las horas tan tempranas que eran...

Ruth había sido una de mis mayores sorpresas. A pesar de haber tenido con ella una relación un tanto extraña, habíamos seguido siendo amigos y hasta el momento jamás me había fallado. Esbocé una sonrisa y rodé los ojos, pensando en por donde podía comenzar a contarle mi vida. Suponía que estaría al tanto de mi ruptura con Fer, medio Zurbarán se había enterado ya por culpa de los chismosos que iban corriendo los rumores. – Mmm.. bueno tampoco hay mucho que contar. – respondí mirándola mientras me rascaba el cuello. – Creo que ya te has enterado de lo que pasó conmigo y con Fer ¿no? – dije apretando los labios.